Tláloc en su Octavo Cielo
En su octavo cielo agitaba las aguas, inventándose diluvios, Tlaloc, el del rostro misterioso. De su voz el trueno se volvió, derrotando al caos y nombrándolo Señor de la noche y las tormentas. Tlaloc virtió la vida que lo alimentaría una y otra vez en parsimonía.